Serie «NUESTRA FLORA», hoy: ALPATACO

Serie «NUESTRA FLORA», hoy: ALPATACO

Una de las plantas características del monte árido pampeano es el “alpataco” (“pichai” en lengua mapuche), arbusto de la familia de las legumbres cuyo nombre botánico es Prosopis Alpataco.

El alpataco crece generalmente asociado a las jarillas, en el monte arbustivo, árido, del centro-oeste de Argentina (La Rioja, San Juan, Mendoza, San Luis, La Pampa) hasta la Patagonia (Neuquén, Río Negro y Chubut). El nombre “alpataco” es de origen quechua (“alpa”: tierra, suelo; “taco”: planta, árbol, algarrobo) haciendo referencia a la ramazón enterrada de este arbusto.

Su madera, densa (densidad = 0,76), difícil de trabajar, usada para puertas y pisos, parquets, partes de zapatos, cascos de vino. La madera responde bien al secado, valiosa donde se requiera mantener dimensiones estables a prueba de humedad. Es muy buena para uso exterior.

El árbol es tolerante a sequíasales y arena; o sea, que es extremadamente eficiente con el consumo de agua, produce la mayoría de los frutos en años de sequía, y ha sido exitosamente introducido en regiones áridas. No tiene buena tolerancia a heladas.

En Argentina es una especie muy común en los pastizales naturales, y muy raramente es consumida por el ganado doméstico, por lo que su valor como forrajera es escaso. Posee un sistema radicular extremadamente desarrollado por lo que es muy laborioso extraerlo cuando se quiere sistematizar tierras para cultivo.


Ésta información ampliada, con ilustraciones, otras características y mucha más plantas, las podés encontrar en el libro «Las plantas pampeanas», de Guillermo Covas (trabajo editado por la Provincia). ¡Y está en nuestra Biblioteca José Barbero!

Además, si querés conseguir ésta y otras hierbas ideales para infusiones, en el Botiquín del pueblo seguro las hallás.

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